viernes, 17 de abril de 2020

Confinamiento

Encerrados
La madrugada y yo
Discutimos

Hablamos del futuro
Del pasado
Y observamos el baile
De los duendes
En mi cabeza

Alguno de ellos
Ha tomado la llave
Seguramente
La ha arrojado al abismo

A ese lugar de donde
No sale ni dios

martes, 14 de abril de 2020

Bailo
bebo
río
hablo
vomito
bailo
y vuelvo a beber
al ritmo del blues que está sobre todas las cosas
la cancion de las mañanas tristes
llenas de resaca
cuando camino por la autopista
hacia la cama más cercana

A estas alturas no busco amar otro cuerpo
porque no puedo amar
cuando suena el blues en mi cabeza

lunes, 9 de marzo de 2020

Planes

Hoy me dije que sería genial
Que estaría motivado y que
Haría todo lo que debía hacer
Me dije que basta de pereza
Que hay que levantarse y seguir

Pero

El día no siempre tiene los mismos planes

jueves, 14 de noviembre de 2019

anniversaire

Este día siempre ha sido un día importante. Es cuando pongo todas las cosas en una balanza injusta y me lapido. Porque no logré lo que deseaba o por no desear lo suficiente. Cualquier razón es buena para acentuar el desprecio a sí mismo. 
Estoy demasiado insatisfecho, demasiado triste. Y sé, que soy solo yo el causante de esto. Y no veo con claridad. Y me pregunto... Con tristeza, por qué esto es lo que pensaba de otros... ¿Es posible que no esté en la capacidad de ser feliz?
Sé que arrastro esta tristeza desde siempre, quizá desde el vientre de mi madre. Sé que las risas y las fiestas no son más que un escape... Talvez debería enfrentar ese vacío y dejar de huir y ver qué hay al fondo.

No sé

No sé nada

Es obvio

Y no pido ayuda
Y no quiero nada

No creo en lo irreparable
Pero desespero
Es todo

No me intriga saber que puede llenar un vacío. Para mi eso es una elección. Me pregunto ¿por qué el vacío? ¿Por qué siempre? ¿Por qué en todos?

martes, 10 de abril de 2018

JS

La última vez que hablamos fue como hace 4 años. Yo estaba haciendo trámites (desde que dejé la capital, allá por el 2006 sólo volvía para hacer trámites o algún trasbordo).
En esa época, él aún guardaba la enorme sonrisa que te hacía pensar que tenía un corazón gigante. Años después descubriría que era precisamente el corazón la fuente del problema. Entonces se trataba de una extremidad entumecida que dificultaba su trabajo escribiendo textos académicos. Recuerdo que estaba con la "ojos azules". Fuimos a visitarlo. Nos tomamos un vinito y me regaló su último libro con una bonita dedicatoria para nosotros dos.
Nunca dejamos de tener un contacto más o menos constante: "-¡Hola! ¿Qué hay de nuevo? - esto y lo otro - abrazos - Chao". Ya sabes, el tipo de contacto que se mantiene en la red. Además el cambio horario no ayuda.
En fin. Supe que las cosas no mejoraban y que el malestar de la mano se iba extendiendo como una invasión silenciosa, aterradora, segura de conquistarlo todo. Lo más aterrador, sin duda, era el misterio. Nadie sabía ponerle un nombre a esta condición. Nadie estaba de acuerdo. Se que había visto a todos los especialistas de todas las materias posibles, de cada extremidad posible, y que había pasado por todos los exámenes imaginables.
Uno podría sentirse un conejillo de indias con tanta aguja atravesandole el cuerpo, con tanto líquido y pastillas y con tantos nombres extraños. Nombres... Eso debe haber sido lo peor: buscar durante años un nombre a algo que avanza invisiblemebte e invenciblemente...
Supongo que llega un punto en el que te ves tan cerca de la respuesta que ya no quieres saberla. Como si contratases a un detective para espiar a tu pareja y que al final te extiende un sobre. Ese, sí que debe ser un trago amargo, coctel amarillo de curiosidad y miedo.
Nunca se le borró la sonrisa. Aunque, a veces se le veía gastada. Lo digo por las fotos... Espera.
Mira, justo ahora me acaba de escribir...
Deja ver que me cuenta...
...
Mejor...
Mejor hablamos más tarde.

miércoles, 21 de febrero de 2018

M

M sabía que, como todas las cosas, lo que sucedía no tenía remedio. Era parte del caos natural de las cosas.
Descontento
Descontento
Descontento
A veces era suficiente culpar a la gente de este país
A veces a su mala suerte
O incluso a una capa escondida
Algo así, como una emboscada
Fuera lo que fuere, una cosa era cierta: ella y la felicidad no coincidían sino brevemente. Y lo peor: una larga amnesia, una corta memoria.